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16/1/25

Amargo, añejo. ácido..tres sabores

Esos tres sabores o estados van bien con ciertas cosas, un Amargo Ramazzotti era un magnífico cordial para después de cenar en tertulia con un Cohíba, un Añejo Bacardi vespecial bajaba por las gargantas y no había Candia que resistiera, y un Ácido Acetilsalicílico era la panacea en los inicios de las aspirinas para todo. Desde vasodilatación hasta dolor de muelas.
Pero para los humanos esas tres definiciones no aplican.
Nadie resiste los amargados, ni los alejados en la gráfica del tiempo y para nada sirven los ácidos.Paea empezar casi siempre son el mismo somatotipo en tres fases de su miseria interior.
Podemos identificar los síntomas de las personas amargadas porque siempre están criticando, se están quejando, se sienten enojados, son volátiles, ofensivos, su autoestima está baja y les gusta hacer sentir mal a los demás. La amargura puede transformar el carácter de una persona, y su comportamiento reflejará negativismo, dureza, severidad, rencor y odio. ¿Conoce usted gente así?
Algunos de los síntomas de una persona amargada se pueden reflejar tanto en su área física como en la emocional o espiritual. Síntomas físicos pueden ser: presión arterial alta, desórdenes estomacales, problemas intestinales, insomnio, enfermedades cardiacas. 
Síntomas emocionales: inseguridad, ansiedad, preocupación, depresión, temor. Síntomas espirituales: pérdida de la visión de la vida, pérdida del propósito, pérdida de la fe. Recuerde que la amargura es la suma de heridas, rechazos, resentimientos, frustraciones, iras y dolor.

Recomendaciones para manejar la amargura: Determinar la causa principal de la amargura, perdonar y perdonarse, entregar a Dios los deseos de venganza, renunciar a los derechos de seguir aferrándose a las heridas pasadas, hablar del enojo con Dios y con un consejero, considerar los intereses de otros, hablar y actuar con humildad. Se debe tener presente que la amargura procede del modo de pensar e interpretar las situaciones. Por tanto, se deben observar los pensamientos y detectar cuándo están fomentando amargura. 
Luego se les debe modificar por pensamientos positivos si bien la amargura como el alcoholismo u otras adicciones  son curas que deben partir de la propia persona afectada su cura es interior exterior y para ello la persona debe suplir o sustituir sus frustraciones con nuevas perspectivas .
 Si ya nadie le consulta en su trabajo, modernice su punto de vista o asuma que jubilarse es, cambiar su fuerza ,hacia otros hobbies o tareas vaya hasta póngase a tirar las cartas pero no siga como la garrapata, prendió que un día le toca chan gas y queda tiesa.

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