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24/10/19

Hasta que nos quitamos las costillas

Vamos a hablar de cómo hemos perdido perspectivas y batallas. Por ejemplo hagamos la historia de una prenda que provocó apoplejía, tuberculosis, cánceres y lágrimas, porque era una de las formas de pescar los hombres y la hemos renegado y evolucionado aún a costa de nuestra vida. Alguien sabe algo del corset o bustier. Oigan y medite.
A citar a Wikipedia y tenemos que... Los primeros corsés se encuentran en las civilizaciones antiguas de Micenas y Creta, pero en Occidente aparece en el siglo XVI, al popularizarse su uso en la corte de los Medici. Su propósito inicial era conseguir un torso cónico, rígido y estilizado para las damas de la aristocracia y la nobleza. Estos primeros "corsés" se hacían en su totalidad en metal, eran totalmente rígidos y por tanto limitaban la movilidad.
A partir de estas primeras prendas interiores se comienzan a crear prendas cada vez más complejas y armadas mediante patrones muy trabajados para lograr una perfecta silueta, que junto con las demás prendas interiores de moldeado: panniers, miriñaques, que eran como jaulas en forma de embudo, de tela con varillas de metal... sustentaban el vestido exterior. Esto se conseguía mediante la superposición sobre ese armazón de varias faldas, la última de las cuales, que era la que quedaba a la vista, era de un tejido lujoso ricamente ornamentado.

En el siglo XVII en las Cortes europeas, en un contexto de lujo absolutista y de ostentación barroca, el torso cónico anterior se modifica para conseguir estrechar la cintura y alzar el busto, además de realzar las caderas que se exageran poniéndose alrededor de ellas una rosca de algodón que ahuecaba más las faldas. Los cuerpos o corsés se hacen entonces rígidos mediante una serie de ballenas o varillas de metal o madera, aunque también de hueso, insertas en la pieza de tela. Es ahora cuando se comienza a popularizar su uso también entre la burguesía, para ceñirse al ideal estético de la figura de la época. Alrededor de los doce o trece años de edad las niñas de familias adineradas se iniciaban en el uso de esta prenda, que seguirían usando hasta el final de su vida ininterrumpidamente.
Eran más bien incómodos y rígidos y a medida que avanza el siglo XVII y el XVIII según va cambiando la silueta del vestido femenino, su forma se va adaptando, construyéndose patrones cada vez más intrincados y sofisticados, ya que su propósito era modificar la anatomía a merced de la moda de la época. Además, se jugaba con la ornamentación y los tejidos, dependiendo del estatus social, aderezados con cintas y encajes
Pero en la Revolución Francesa lo prohíben.. Las damas del pueblo no tenían tiempo y dinero para que las modistas les crearán cosas que usaba la descabezada Corte. Napoleón también lo prohíbe considerando che provocaba abortos.

Ya en el siglo XIX, con la Revolución Industrial, se vuelve más accesible. Llega a ser una prenda de culto popular, llegándose a considerar como una disciplina en torno a mediados de siglo, cuando alcanza su máximo apogeo, se adorna ricamente, con bordados, pedrería, encajes y unas formas muy trabajadas. La nueva figura femenina consistía en una idealización elevada al extremo de las formas, aportando una apariencia frágil y elegante (es así hasta 1905) de reloj de arena, con el busto elevado y una cintura estrechísima, llamada "de avispa", afinada por el uso continuado del corsé que contrastaba con una falda muy voluminosa que va evolucionando durante el siglo siguiendo las tendencias impuestas.
En la transición del XIX al XX, una nueva tendencia proveniente de París comienza a calar en la moda, la Belle Epoque. En el ambiente imperaba un positivismo y una predisposición a la ciencia y al progreso general. Se popularizan los cabarés, donde el corsé y la feminidad se ensalzan y se vuelven extremadamente teatrales. Ya con el inicio del siglo XX la mentalidad y la sociedad cambian, buscando una mujer más activa, libre de enaguas y corsés. Las feministas piden su desaparición y a partir de 1905 la moda adopta una silueta más flexible, que sigue la línea natural del cuerpo, sin necesidad de corsé muy ceñido. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial esta nueva posición y estética de la mujer se imponen. La silueta se libera y prima una figura recta, sin destacar las formas femeninas. La falda se acorta y la indumentaria se simplifica, desapareciendo definitivamente el antiguo corsé.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947, el modista Christian Dior populariza una nueva silueta, la New Look, en la que la cintura se afina de nuevo y la falda vuelve a ser de vuelo muy amplio, aunque no hasta el suelo. Vuelven así las superposiciones de combinaciones para ahuecarlas y el corsé, ahora en tejido sintético, cómodo y elástico. La silueta de los años 40 y 50 volvió así a basarse en la exageración de las formas femeninas, hasta que volvieron las líneas más naturales desde 1958.
A partir de este momento, el uso del corsé pierde popularidad, aunque se reserva mayoritariamente a la alta costura o para círculos minoritarios que se atreven con esta prenda.
Y llegamos a la era moderna, las fajas reductivas y los body contenedores no bastan, ahora.. Nos quitamos partes para parecer corset... Y morimos a veces en el intento.

La resección o extracción de costillas es una operación muy solicitada por las pacientes en la consulta de Cirugía Plástica. Es considerada por algunas como la única forma de obtener una esbelta cintura, influenciadas muchas en su opinión por artículos de la prensa amarillista que la han presentado como el método usado por algunas artistas para tener una figura envidiable. Hay  consenso entre la mayoría de los Cirujanos Plásticos, de que existen varias alternativas más efectivas y menos riesgosas, a las cuales podemos recurrir antes de plantear una resección costal. 
Todos hemos leído sobre las especulaciones acerca de la resección costal realizada a algunas artistas y cantantes, pero  poco hemos podido comprobar  la veracidad de estas informaciones. En  algunas páginas Web de cirujanos plásticos se ofrece esta operación como una forma de  mejorar el contorno corporal y disminuir el diámetro de la cintura.

Se trata de una operación que muchos Cirujanos Plásticos consideran  excesivamente riesgosa  y deformante por las  cicatrices que conlleva, y aducen que el beneficio  que se puede obtener es mínimo, comparado con otros métodos quirúrgicos. Indudablemente, esto dependerá de cada caso en particular,  pero en aquellos(as) pacientes.

RESECCIÓN O REMODELADO COSTAL

Esta operación, consiste en la eliminación o  cambio de la forma original de las costillas flotantes (así se llaman las costillas  número once y doce, puesto que no se articulan por delante con el esternón, sino solamente por detrás con las  vértebras torácicas homónimas).
Este procedimiento está indicado en pacientes con una distancia muy corta entre las costillas y la pelvis (troncos muy cortos), o en aquellas que tengan una prominencia anormal de  dichas costillas, ya que, normalmente éstas se ubican por debajo y por dentro de las demás costillas y no son visibles ni palpables. Es importante antes de realizar esta cirugía discutirla bien con su cirujano y  revisar cuidadosamente cuales son sus expectativas y cuales son los resultados reales que podemos obtener
La “remodelación costal” es un procedimiento seguro, pero como en cualquier operación hay riesgos asociados con la cirugía y complicaciones específicas asociadas con el procedimiento como son: la hemorragia y la infección.
La mayoría de los cirujanos recomiendan colocar un drenaje para  evacuar la sangre y suero que se produce  tras la operación, y que será retirado a los dos o tres días.   Un pequeño porcentaje de pacientes puede presentar una infección. Esto puede ocurrir en cualquier momento, pero es más frecuente en la primera semana después de la cirugía. En algunas ocasiones las cicatrices de la incisión no son tan buenas.  Esto depende de factores personales y de localización de las cicatrices.
Esta operación se realiza bajo anestesia general.  La incisión generalmente se hace en la cara lateral del tórax, y generalmente es poco visible. A través de incisión se  realiza la sección de la porción lateral y anterior de las costillas. La cirugía generalmente tarda de una a dos horas. Se recomienda pasar la primera noche hospitalizada, para el manejo adecuado del dolor y  control de las secreciones bronquiales.
Después de la cirugía deberá  estar en reposo en la cama uno o dos días, sin someter a tensión las suturas. Podrá llevar una vida normal sin esfuerzos excesivos o tensiones al cabo de una semana. La mayor parte de sus molestias serán tratadas con medicación. Debe ser capaz de volver a su trabajo en unos diez días dependiendo del nivel de actividad que requiera el mismo. Su tórax probablemente estará más sensible a la estimulación directa en dos o tres semanas, de forma que debe evitar el contacto físico. Después progresivamente volverá al estado normal.

He tomado descripción breve de una bibliografía médica 

Y por tanto nos seguimos autoflgelando para complace a quienes la mayor parte del tiempo y de las veces. No les interesamos para toda la vida