Septiembre nos trae la dulzura de los cantos y el ritmo serio y a la vez sensual de los tambores de Yemaya y el ritmo alegre y lujurioso lleno de la desenfadada picardia de Oshun, ellas orishas mayores fuertes, dulces y severas a la vez con sus hijos, son un toque de color de fe y de esperanza en nuestro panteon africano.
Hoy el canastillero esta de fiesta para quien desde niña me hace cantar y ser seria, hoy mañana y todos los dias, porque no es solo el dia de las madres que uno debe amar honrar y cuidar de su madre.
Olofi, el Todopoderoso, para que el mundo existiera, convirtió el vapor de las llamas en nubes, para que de ellas cayera agua para extinguir el fuego que cubría la tierra impidiendo que surgiera la vida. De tanta agua que cayó, se llenaron los huecos enormes que habían entre las rocas, formándose así Olokun, el Océano (terrible y temido por todos). Pero el mar tiene también un lado bueno, al permitir que surgiera la vida (el caracol, primero habló antes de existir el hombre) y este mar es Yemayá, quien existía antes que nada existiera, tendida cuan larga era. Un día, sintió dolor en el vientre y de él salieron los ríos, los orishas y todo lo que alienta y vive sobre la tierra.
Yemayá se sincretiza con la Virgen de Regla. Patrona de la Bahía, cuentan que tiene su origen cuando un obispo que vivió y murió en Africa llamado San Agustín, talló en madera la imagen de una virgen negra cumpliendo las órdenes de un ángel que se le apareció cuando era joven. Años despues, un discípulo suyo para evitar que la figura fuera profanada por los bárbaros, embarcó la pequeña figura y llego a las costas de España, cercano al lugar que hoy ocupa la villa de Chipiona en Cádiz. Resistió la imagen de la Virgen tormentas y marejadas, sin afectar la embarcación en que se trasladaba, de donde quedó como patrona de marinos y pescadores.
En 1660, en Cuba, se erigió en el Caserío de Regla (cercano a la Bahía de la Habana) un bohío que cobijaba a la imagen de la Virgen de Regla, cuatro años después y con la ayuda de un acaudalado comerciante habanero, se construyó una ermita mayor trasladando a ella a una nueva imagen traída por el Sargento Mayor de la Isla, Don Pedro de Aranda. Ha sido adorada por todos los sectores de la población, especialmente a través de las celebraciones. En la época colonial, liberaban en ese día a los esclavos quienes, a golpe de batá evocaban a la diosa Yemayá, poderosa madre de todos los orishas, misericordiosa reina del mar.
COLOR: Azul (en todas sus gamas) preferiblemente el índigo y también el blanco.
NUMERO. 7
MATERIALES. Níquel y metales azules, seda de espejo y telas listadas.
ATRIBUTOS: Conchas, caracoles, corales, abanicos de mar, salvavidas, anclas, bote, peces, siete remos, estrella, siete aros de plata, rabo de caballo de mango adornado con cuentas azules y blancas, campanita, abanico redondo hecho de penca de guano adornado con pluma de pavo real, caracoles y cascabeles. Todos estos atributos adornados con peces, redes, estrellas, caballitos de mar, conchas y todo lo relativo al mar.
COLLARES: Con cuentas de cristal transparente, llamadas de agua, combinadas con las azules, en tramos de siete en siete.
ROPA: Usa bata con serpentinas azules y blancas, símbolo del mar. Banda o cinto de tela con peto romboide al frente.
COMIDAS FAVORITAS: Hierba buena, maíz remojado que se muele y se cocina como la harina, se envuelve en hoja de plátano y se pica en siete pedazos cada uno con un maíz y una vela, frijoles caritas cocidos y molidos con cáscara y sal colocados en forma de torticas sobre hojas de plátano, guiso de camarones, alcaparras, huevo duro, acelga y tomate, quimbombó con bolas de plátano verde o ñame, frijoles negros cocinados sin caldo, coco quemado, cuatro pescados enteros en un plato blanco con rayas azules. Cuando está enojada se le pone berro, lechuga, acelga y chayote.
ANIMALES: Venado, pato, carnero, gallo, guineo, gallina, loro, ganso.
RECEPTACULO. Una sopera coloreada en azul y blanco con flores.
HIJOS: Mujeres voluntariosas, fuertes y rigurosas, aunque maternales y serias, en ocasiones son impetuosas y arrogantes. Son resentidas y muy leales, aman el lujo y la magnificencia. Son muy justas.
OTROS. Yemayá protege a los mortales de aflicicones relativas al vientre de las personas, así como a todas las enfermedades o accidentes relacionadas con agua, dulce o salada, lluvia o humedad.
Iya mío atará maguá mío
jojoo acheré Oggún ayába jiguá odún;
omio Yemayá asayabí Olokún,
aboyó aboyó yogn euó aya balo
euó mi emí bache Iyá
olomí okará biaye Yemayá eguére ekún.
Asayobió Olokún ya bi eledé omó arikú
alálajara de yuama kamarikú komón amón;
kamari eyó, kamari ofó, kamari yen
bipene. Agó.
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